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La celebración de la muerte en Méxicp

La Celebración de la Muerte en México: Un Tributo a la Vida

En México, la muerte no es un tabú; al contrario, es una parte integral de la cultura que se celebra de manera vibrante y colorida. Esta relación única con la muerte se manifiesta en festividades como el Día de Muertos, una celebración que refleja la rica herencia indígena y las influencias del catolicismo. 

Para muchas culturas indígenas, la muerte es vista como una continuación del ciclo de la vida, no como un final absoluto. Esta perspectiva se traduce en la celebración del Día de Muertos, donde se cree que las almas de los difuntos regresan a visitar a sus seres queridos. Esta forma de ver la muerte no se contrapone con las creencias católicas, donde la vida después de la muerte es pilar fundamental de la religón. Esta creencia invita a la reflexión sobre la vida y la muerte como interconectadas, promoviendo un enfoque más positivo hacia la pérdida. 

La celebración de la muerte viene también con respeto y reverencia hacia ella,  que se traduce en las ofrendas y altares que son el corazón de esta celebración. Cada altar tiene una representación única de la vida y la muerte, y no solo rinden homenaje a los fallecidos, sino que también permiten que las familias compartan historias y recuerdos, manteniendo vivas sus memorias.

Lejos de ser un evento sombrío, el Día de Muertos es una fiesta llena de color y alegría. Las familias se reúnen para recordar y celebrar a sus seres queridos con música, danzas, y comidas típicas. En lugar de llorar, se ríe y se comparte, convirtiendo el duelo en un acto de celebración, amor y conexión espiritual.La fiesta de la muerte también fomenta el sentido de unidad y pertenencia, refuerza los lazos familiares y comunitarios.

La importancia de El Día de Muertos ha sido tal, que fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando su significatividad no solo en México, sino en el mundo. Esta celebración es un símbolo de la identidad mexicana, donde las tradiciones, creencias y valores más antiguos se entrelazan con los actuales en un acto colectivo de amor y respeto. 

La celebración de la muerte en México es un acto de resistencia cultural y un testimonio de la importancia de la creencia, y su impacto en la resiliencia, el trámite del duelo y la conexión espiritual. A lo largo del Día de Muertos, los mexicanos encontramos una forma de honrar a nuestros seres queridos, celebrar la vida, fortalecer los lazos comunitarios y sanar nuestras pérdidas. En lugar de temer a la muerte, se elige celebrarla, de manera que esta se hace presente y vive más intensamente que nunca.

Pi recomienda: Mes del gato. Los felinos en la literatura

Mes del gato: los felinos en la literatura

El 8 de agosto se celebra el día del gato, cuya relación con el hombre inició hace aproximadamente 12 mil años, cuando el hombre comenzó a sedentarizarse y a realizar actividades como la agricultura. Los gatos han sido parte de la historia de la humanidad y llegó a ser considerado como una divinidad o como ser maldito en algunas culturas; aún hoy, se les puede llegar a considerar seres místicos, con habilidades especiales, portadores de suerte (buena o mala), se les rinde culto o son adorados. 

Parte de la cultura humana respecto a los gatos y su relación con ellos, se encuentra en la literatura; existen una cantidad enorme de novelas, ensayos y cuentos, que tienen a estos como protagonistas, narradores o personajes secundarios. Los gatos han sido unos de los recursos más usados en la literatura occidental para historias de terror, una de las más famosas siendo El gato negro (1843) de Edgar Allan Poe o Los gatos de Ulthar (1920) de H.P. Lovecraft. Sin embargo, también los gatos son frecuentemente retratados como una representación cómica del ingenio, la astucia y la elegancia, como es el caso de El gato con botas (1967), cuento escrito por Charles Perrault, y cuyas reinterpretaciones han llegado a ser muy bastas. También encontramos aquí el gran gato de Cheshire que aparece en Alicia en el país de las maravillas (1865), con diálogos memorables cargados de enigma y misterio. 

En la literatura oriental encontramos también que el gato simboliza la feminidad, lo divino, la sabiduría y el tiempo, y también lo espiritual, demoníaco o espectral en figuras como los Yōkai, criaturas propias del folclore japonés con partes humanas y de animales. Como ejemplo de lo primero podemos encontrar la novela Yo, el gato (1906) de Natsume Soseki, cuyo protagonista, un gato sin nombre, observa con ironía y lástima la cotidianidad humana y el absurdo, citando a Buda y a filósofos griegos.

Mes de concientización del autismo: detecta y conoce sus síntomas

Mes de concientización del autismo: detecta y conoce sus síntomas

El 2 de abril fue el día nacional de la concientización y aceptación del autismo. ¿Por qué es necesario este día?

El trastorno del espectro autista o TEA es una de las más complejas enfermedades mentales que existen, esto debido a que los síntomas que se pueden presentar van desde leves, casi imperceptibles, hasta muy graves e incapacitantes. Es importante mencionar que el autismo no es daño cerebral o neurológico y su causa sigue siendo un misterio para las psicología y medicina en general, sin embargo, hay muchas hipótesis al respecto. A este trastorno no se le conoce cura.

Conoce sus síntomas

Se trata de un trastorno donde la forma de percepción de estímulos del medio que rodea a las personas que lo padecen se interpreta de forma diferente; los sonidos, la imágenes, los colores, las palabras, pueden ser procesados de manera que se vivan muy intensamente y perciban el entorno como agresivo (hipersensibilidad). Presentan alta dificultad de interacción social, comportamientos y patrones atípicos y/o obsesivos o repetitivos; tienden a centrarse en los pequeños detalles y les cuesta la generalización o el entendimiento del todo. El lenguaje en el autismo se ve muy alterado, en los casos leves o moderados, hay dificultad para entender y expresar metáforas (chistes, sarcasmo, etc.), pero en los casos más graves, hay una total ausencia de la expresión verbal, lo que no significa que no sepan hablar o no puedan entender. En muchos casos el autismo, -sobretodo en sus versiones menos graves como el síndrome de Asperger o el síndrome de Savant– puede venir acompañado de una inteligencia sobresaliente. 

¿Cómo se detecta?

Debido a que el espectro es tan amplio, no existe ninguna prueba médica que de detección, sin embargo existen algunas pruebas que pueden indicar la probabilidad de padecer TEA.

En este día, se lucha también para eliminar mitos alrededor del autismo y sus síntomas y que sea una neuro-divergencia donde se aprecien las cosas únicas que se pueden hacer; por ejemplo: son excelentes para encontrar patrones y hacer conexiones, debido a su pensamiento literal pueden crear soluciones únicas a problemas, son autodidactas debido a que se centran en su interés con mucha pasión, tienen una rutina establecida y es muy importante para ellos seguirla, suelen ser creativos y pueden ser muy empáticos.

Trastorno de dismorfia corporal

Trastorno de dismorfia corporal: Las bases para entender este desorden e identificarlo

En los últimos años se ha escuchado y se usado con frecuencia este término de forma coloquial, sin embargo, la dismorfia corporal es una afección mental que tiende a aumentar y que es importante atender, ya que afecta considerablemente la calidad de vida.

¿Cómo identificar el trastorno de dismorfia corporal?

Se considera un trastorno mental o psicológico porque la persona que lo padece no puede dejar de pensar en uno o más defectos relacionados con su físico, que a menudo no pueden ser percibidos por los demás. Pasa una cantidad de tiempo considerable pensando y enfocándose intensamente en esos defectos físicos y cómo arreglarlos .

Es clave entender que sólo esa persona percibe esos defectos físicos. Para los demás, estos pueden ser inexistentes o insignificantes. Las personas que lo padecen pueden estar constantemente revisando el espejo, tomándose fotos, aseándose, maquillándose o buscando otras formas de obtener tranquilidad respecto a ese defecto o defectos, llegando incluso a realizarse procedimientos cosméticos invasivos. Sin embargo, ya que es psicológico, la ansiedad regresa.

En sus formas más graves se pueden desarrollar trastornos alimentarios, depresión y trastorno obsesivo compulsivo. Este último puede ser consecuencia del trastorno dismórfico corporal, pero también puede ser la causa, ya que el enfoque en el “defecto” se considera obsesivo.

Se piensa que el trastorno de dismorfia corporal es una forma de TOC enfocada en el cuerpo propio.

Trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo se compone de dos momentos: el obsesivo, donde existen pensamientos intrusivos y repetitivos cargados de mucha ansiedad; y la compulsión, donde se llevan a cabo actos de igual manera repetitivos y cargados de ansiedad para evitar que algo malo suceda asociado con los pensamientos obsesivos.

Estos actos compulsivos no tienen un sentido lógico respecto a lo que se quiere evitar que suceda. Sino que más bien su sentido es mágico, por ejemplo, eludir pisar las grietas de la acera para evitar que la madre muera. De esta misma manera funciona el trastorno de dismorfia corporal, donde la tranquilidad respecto al “defecto” se encuentra en actos mágicos, por lo general de manera temporal. 

Otros síntomas del trastorno pueden incluir el creer que las personas se burlan de ellos a sus espaldas, sentirse feos o deformes debido a esa característica, buscar constantemente aprobación respecto a la apariencia, evitar situaciones sociales. El trastorno de dismorfia corporal termina afectando las relaciones interpersonales, la socialización, el mundo laboral, y en última instancia la calidad de vida en general. Es una enfermedad que ha tomado mucha fuerza en los últimos años, y se proyecta un mayor aumento por la gran relevancia que tiene la belleza en nuestra sociedad y las exigencias que implica, entre otras causas. 

¿Cómo curar el trastorno de dismorfia corporal?

Actualmente este trastorno es estudiado por psicólogos, psiquiatras, neurólogos, neuropsicólogos y sociólogos. Para su cura, es necesario acudir con un profesional de la salud mental.

Navegando el duelo: Comprendiendo para sanar

Navegando el duelo: Comprendiendo para sanar

Desde el minuto que nacemos, nos enfrentamos  a constantes pérdidas; pérdida de la comodidad del vientre de mamá, de las personas que quisimos y aquellas que fuimos. Como seres humanos, el duelo es un proceso que todos inevitablemente atravesaremos. Comprenderlo y tener herramientas para sobrellevarlo es de gran importancia. 

Podemos entender el duelo como la angustia experimentada tras una pérdida significativa, normalmente la muerte de una persona querida (APA, 2022) o por alguna situación significativa (por ejemplo, divorcio). Esta angustia no solo impacta en nuestras emociones, como el sentirnos tristes, culpables, enojados o impotentes, sino también nuestra salud física y nuestra cognición. Por ejemplo, podemos sentirnos agotados, tener cambios en el apetito o sueño, así como dificultad para concentrarnos o para recordar las cosas. 

Aunque comúnmente el duelo se asocia a la pérdida de un ser querido, podemos experimentar el duelo en otras situaciones de la vida.

Perder un empleo, jubilarnos o un divorcio son situaciones que pueden evocar una respuesta similar al duelo debido a la pérdida de identidad y roles que teníamos, la rutina, seguridad económica y conexiones sociales asociadas. De la misma manera, las situaciones abruptas o inesperadas también se asocian a un proceso de duelo.

Situaciones inesperadas 

Aunque es reconfortante pensar que tenemos control sobre todas las situaciones que nos ocurren, no siempre es así. Las situaciones inesperadas pueden generar respuestas similares al duelo, debido a los desafíos emocionales, psicológicos y prácticos que presentan. Algunas maneras en que puede manifestarse el duelo en contextos de cambios inesperados son por medio de shock, o una dificultad para asimilar lo que ha ocurrido, así como agitación emocional

Similarmente, todos preferimos lo que ya conocemos, por lo que el duelo ante un cambio repentino también puede manifestarse como resistencia a la nueva realidad, ya que las personas pueden añorar lo conocido y resistirse a adaptarse a lo desconocido.

El COVID-19 es un gran ejemplo de una situación inesperada, en donde todos nos vimos forzados a asimilar una nueva realidad que no teníamos contempladas en nuestras agendas. No solo nuestras rutinas se vieron afectadas, sino también nuestras vidas enteras. Tuvimos que adaptarnos a una realidad en donde no podíamos salir de casa, a una modalidad en línea, al estrés e incertidumbre que conllevaba un virus que nadie entendía. Además de todo eso, la mayoría de la gente tuvo que hacer frente a pérdidas, ya fuera en relación con la muerte de un ser querido, de un trabajo, o de la vida que teníamos antes.

Ciclo del duelo

“Al igual que el amor que lo engendra, la expresión molecular del duelo es única en cada relación.” 

M. Katherine Shear, MD. 

Actualmente existen diversas teorías acerca de las etapas del duelo. Sin embargo, la más aceptada proviene de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross. En su teoría, Kübler-Ross propone cinco etapas que las personas atravesamos  durante un proceso de duelo. Sin embargo, es importante notar que estas etapas no son fijas, ni significa que se deben seguir en orden. Cada quien vive un duelo diferente, de acuerdo a sus circunstancias y sentimientos.

  1. Negación: Esta primera etapa del duelo nos ayuda a sobrevivir a la pérdida. En esta etapa, el mundo pierde su sentido y es abrumador, siendo la negación y el shock lo que nos ayuda a sobrellevar la situación y a sobrevivir. 
  2. Enojo: La ira es una etapa necesaria del proceso de curación. De acuerdo a la autora, la ira es fuerza y puede ser un ancla, dando estructura temporal a la pérdida.
  3. Negociación: Nos perdemos en un laberinto de afirmaciones como: “Si tan solo ..” o “Qué pasaría si…”. Queremos que la vida vuelva a ser lo que era. recuperar a nuestro ser querido. Queremos retroceder en el tiempo.
  4. Depresión: Tras la negociación, nuestra atención se centra en el presente. Se presentan sentimientos vacíos, y el dolor entra en nuestras vidas a un nivel más profundo de lo que nunca habíamos imaginado. Es importante recalcar que este sentimiento de tristeza no es un trastorno mental. Aunque se pueden confundir los términos duelo y depresión, no son lo mismo. Ambos traen tristeza a nuestras vidas y ambos causan disrupciones en nuestra vida, pero la similitud termina ahí. 
  5. Aceptación: Aunque usualmente se confunde esta etapa con la noción de “estar de acuerdo” con lo sucedido, muchas veces no es el caso. La mayoría de la gente nunca se siente bien con la pérdida de un ser querido. Esta etapa consiste en aceptar la realidad de que nuestro ser querido se ha ido físicamente y reconocer que esta nueva realidad es la realidad permanente. Nunca nos gustará ni nos parecerá bien, pero acabaremos aceptándola.

¿Cuándo se complica el duelo?

El duelo es una mezcla de añoranza, culpa y tristeza, con acompañamiento de pensamientos, recuerdos e imágenes de la situación ocurrida.

Cuando tiene éxito, el duelo lleva a las personas a sentirse profundamente unidas a los seres queridos fallecidos, al tiempo que son capaces de imaginar un futuro funcional sin ellos.

Sin embargo, el duelo se complica cuando tenemos dificultad para realizar o completar nuestras actividades del día a día, o nuestras relaciones con los demás y nuestra calidad de vida se ven afectadas negativamente.

Afrontando el duelo: ¿Qué nos puede ayudar?

  1. Terapia

Acudir a terapia tiene un papel muy importante dentro del proceso de duelo, ya que nos proporciona un espacio seguro en donde podemos enfrentar y manejar nuestras emociones después de una pérdida significativa. 

El objetivo de la terapia es que se pueda disponer de las herramientas adecuadas para poder hacer esa conexión con el dolor y las emociones de una forma serena. 

  1. Mindfulness (Atención plena)

Durante la práctica de mindfulness, se trata de observar qué predomina en nuestra conciencia momento a momento. La intención es explorar la experiencia como es en realidad, es decir, en constante cambio. Por ello, la práctica de mindfulness cultiva el insight (o introspección) en la naturaleza de nuestros condicionamientos. 

Es importante recalcar que esta es una herramienta que ayuda durante el proceso terapéutico, no lo reemplaza. Si te interesa ponerlo en práctica, te compartimos una playlist de Mindfulness creada por el equipo de Pi Psicología Integral. 

  1. El rol de la resiliencia en el duelo

Según la APA, la resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes. La resiliencia es otra ayuda que nos proporciona las herramientas emocionales y cognitivas necesarias para sobrellevar el duelo y adaptarnos a situaciones inesperadas gracias a que nos permite evidenciar las actitudes, pensamientos y emociones que interjuegan a la hora de asumir la situación difícil y a la par con nosotros mismos, para resignificar a esa realidad.

  1. Importancia de la red de apoyo y cómo pedir ayuda

Niemeyer (2002) menciona que la red de apoyo social realmente ayuda a individuos en situación de duelo, ya que puede funcionar como amortiguador del dolor, disminuyendo así los síntomas ansiosos y depresivos, y aumentando la satisfacción vital.

Encontrar fuentes de apoyo puede desempeñar un papel fundamental en la recuperación y aceptación de la pérdida por parte de esta persona. Tanto familiares como amigos, grupos de apoyo, entidades comunitarias o profesionales de la salud mental ayudan durante este proceso. Pedir ayuda a veces no es fácil, por lo que un primer paso a esto puede ser con una persona de confianza o de gran estima.

El duelo no es un proceso lineal

Ningún proceso es lineal, y el duelo no es la excepción. Típicamente, están llenos de altibajos, de días buenos y otros no tanto. En este contexto, es fundamental destacar la importancia de cultivar la paciencia y la empatía hacia uno mismo.

El duelo es una experiencia profundamente personal y única, por lo que no hay un camino “correcto” o “normal” para atravesar. Debido a esto, la paciencia jugará un rol importante, ya que no hay un calendario fijo que indique  en dónde el duelo terminará. Al permitirnos sentir todas las emociones, incluso las dolorosas, sin juzgarnos, estamos dando espacio a nuestro proceso de curación.
Por otro lado, la empatía hacia nosotros mismos es de igual importancia. Esto significa tratarnos con la misma comprensión y cuidado que le daríamos a otro ser querido en nuestro lugar. No hay respuestas “correctas” hacia una pérdida, todas nuestras emociones son válidas, y por ende, merecen ser sentidas.

Referencias

Eisma, M., Tamminga, A., Smid, G., & Boelen, P. (2021). Acute grief after deaths due to covid-19, natural causes and unnatural causes: an empirical comparison. Journal of Affective Disorders, 278, 54-56. https://doi.org/10.1016/j.jad.2020.09.049

Hui, D. (2015). Unexpected death in palliative care. Current Opinion in Supportive and Palliative Care, 9(4), 369-374. https://doi.org/10.1097/spc.0000000000000174 

Kübler-Ross, E., & Kessler, D. (2009). The five stages of grief. In Library of Congress Catalogin in Publication Data (Ed.), On grief and grieving (pp. 7-30).

Neimeyer, R. A. (2000). Searching for the Meaning of Meaning: Grief Therapy and the Process of Reconstruction. Death Studies, 24(6), 541-558. 

Shear, M. K. (2022). Grief and mourning gone awry: pathway and course of complicated grief. Dialogues in clinical neuroscience.

PSICOLOGÍA Y POBLACIÓN LGBT+: CONTEXTO HISTÓRICO Y ACTUAL

Psicología y población LGBT+: contexto histórico y social actual

En este artículo hablaré sobre el recorrido de la psicología con respecto a la diversidad sexual, desde que se pensaba en un principio hasta llegar a las posturas más actuales sobre el tema.

A pesar de que hoy en día hay una mayor apertura a temas relacionados con la diversidad sexual, los estigmas y la discriminación siguen abundando, afectando a la población LGBT+ no solo en materia de derechos humanos, sino también respecto a su salud, tanto física como mental.

Respecto a este último tema existe una larga historia de posturas antiéticas que, si bien han ido desapareciendo, todavía persisten en la actualidad.

Antecedentes históricos

En 1952 se publicó la 1ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) con la intención de homologar las distintas clasificaciones de enfermedades mentales existentes hasta ese momento. 

Dentro de este documento, la APA incluyó a la homosexualidad como una categoría de enfermedad mental, basándose en teorías sin evidencia científica, que proponían una supuesta conexión entre la homosexualidad y algunas formas de desajuste psicológico, y la idea que ésta era necesariamente el síntoma de una enfermedad mental.

En 1968 la reclasificó como una “desviación sexual”. Esta decisión tuvo un grave impacto en las personas LGBT+, ya que la clasificación de “enfermos mentales” servía para justificar su discriminación. 

Las personas LGBT+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans y demás) eran percibidas como gente con un trastorno mental, gente perversa, desviada, pecadora, antinatural, inclusive criminales cuyo único delito era no ser heterosexuales o cisgénero.

Algunas personas, no menos discriminatorias que otras, veían la diversidad sexual no con ojos de odio, sino de lástima, compasión. Veían en ellos a personas “necesitadas” de ayuda, personas que “necesitaban” (o más bien “debían”) cambiar su forma de vida.

De esta idea nacen las “terapias de conversión”, también conocidas como “Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG).

Son distintas prácticas que van desde sesiones psicológicas, psiquiátricas, consejería religiosa, impulsadas por supuestos expertos, la derecha, grupos religiosos, de superación personal o contra las adicciones, que buscan cambiar las orientaciones sexuales y las identidades de género de las personas, cuando es algo que no se puede cambiar.

A partir de los años 60s la lucha de grupos y asociaciones de personas LGBT+ comienza a proliferar. Un evento que represento un parteaguas para la despatologización de la diversidad sexual fue cortesía del psiquiatra John Ercel Fryer, quien el lunes 02 de mayo de 1972, durante la convención anual de la APA, se presentó con el seudónimo de Henry Anónimo portando una mascara de goma de Richard Nixon, y se declaro homosexual.

Durante los siguientes diez minutos se dedicó a dar un discurso reivindicando que la homosexualidad no era patológica y que reprimirla y castigarla traía consecuencias negativas. 

Henry Anónimo en la conferencia

Contexto actual

El discurso de Fryer fue un punto de inflexión en la historia de los derechos de las personas homosexuales. Al año siguiente, en 1973, la APA anunció que revertiría su postura de casi un siglo y declaró que la homosexualidad no es un trastorno mental.

El reconocimiento internacional tuvo que esperar casi dos décadas, cuando en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar a la homosexualidad una enfermedad. Durante esos años, el activismo del colectivo LGTB+ fue creciendo por el mundo y sus realidades se hicieron más visibles.

De la mano con esto, en 2018 la OMS ha excluido la transexualidad de su lista de trastornos mentales. Lo ha hecho en la nueva actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) en el que la transexualidad pasa a formar parte de un epígrafe nuevo denominado “condiciones relativas a la salud sexual” y a denominarse “incongruencia de género”.

Hasta ahora formaba parte del capítulo dedicado a “trastornos de la personalidad y el comportamiento” –en el subcapítulo “trastornos de la identidad de género”.

Respecto a los ECOSIG, Las Comisiones Unidas de Justicia, de Salud y de Diversidad de la Cámara de Diputados aprobaron la iniciativa que propone prohibirlas. Con 56 votos a favor, 1 en contra y 9 abstenciones, los diputados aprobaron el dictamen que reforma y adiciona el Código Penal Federal y se adiciona un artículo 465 Bis a la Ley General de Salud.

Con la iniciativa se propone sancionar a quien realice, imparta, aplique, obligue o financie cualquier tratamiento, terapia, servicio o práctica que obstaculice, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientación sexual, identidad o expresión de género.

El camino que queda por delante

Pese a que el consenso médico y psicológico ha cambiado en todos estos años, aún vemos que siguen existiendo los ECOSIG como método de tortura para la población LGBT+ en 69 países de la ONU el ser de la diversidad sexogénerica es motivo para ser criminalizados.

Por eso es necesario luchar por nuestros derechos y para acabar con los ECOSIG, que buscan aleccionarnos a los que tenemos una orientación o identidad de género que sale del orden establecido y que cuestiona y enfrenta la sexualidad que bajo este sistema es vista solamente como forma de reproducción.

La población LGBT+ sigue lidiando con violencia en diversos niveles: familiar, laboral, escolar, social, legal, y sobre todo a nivel salud al toparse con personal que sigue tratando con prejuicios a las personas de la diversidad.

Por un lado, la importancia, para los profesionales de la salud mental, de crear espacios libres de violencia homofóbica transfóbica es crucial. El espacio terapéutico debe ser un lugar donde no se juzgue ni se emitan juicios de valor, sino donde el paciente pueda expresarse libremente sin temor a ser objeto de violencia o discriminación.

Por otro lado, el acudir a terapia psicológica puede ser una gran opción para todas las personas en general, pero las personas de la diversidad sexual atraviesan por procesos y violencias que las personas cis/heterosexuales no, por el simple hecho de ser quienes son.

La terapia psicológica puede brindar no solo un espacio de escucha y contención, sino también la oportunidad de buscar herramientas y pensar en alternativas para las diversas problemáticas que puedan estar atravesando.

Fuentes:

Barry, E. (05 de Mayo de 2022). ¿Quién fue el psiquiatra enmascarado que impulsó una revolución y luego ‘desapareció’? Obtenido de The New York Times.

La homosexualidad nunca debió haber sido incluida en las clasificaciones internacionales de las enfermedades. (24 de Septiembre de 2012). Obtenido de Iguales.

Leiva, A. (s.f.). 15 de diciembre de 1973: la homosexualidad deja de ser considerada como enfermedad en Estados Unidos. Obtenido de El Orden Mundial.

Sentirse solo

Hablándonos al espejo; El sentirse solos/as y vivirlo como algo inquietante

Sentirse, estar y acompañar.

Actualmente, en diferentes redes sociales, se hacen “memes” o acercamientos a la salud mental, e intentan hablar sobre temas importantes para el bienestar personal. Sin embargo, en su mayoría dejan el tema central  de lado y solo buscan generar una identificación: “Me siento solx”, “No tengo a nadie aquí para mí”, “No soy importante para nadie”, “De tantas personas, parece que no encajo en algún lugar”. ¿Tú te identificas?

Entre los escritos de Klein (1988) entendemos “la soledad” como aquella sensación de sentirnos amenazados/as en la relaciones, angustiados/as por cómo nos van a ver, incapaces de llevar una relación agradable con alguien más. Y cada persona lo va a vivir (o sufrir) de manera diferente, de acuerdo con sus “recursos”, habilidades e historia personal.

La soledad puede describirse como esa dificultad en acercarnos a otras personas, por desconfianza, “baja autoestima”, u otros motivos; en ocasiones podemos sentirnos solxs al finalizar una relación, o al sufrir una pérdida de alguien cercano (o a veces mascotas) (Caruso, 1989). Al atravesar un duelo puede ser temporal tener esta sensación, pero si se vuelve incapacitante o dura mucho tiempo, es cuando se convierte en un indicador de malestar.

¿Cómo se siente estar solo/a? Y, ¿qué hacer con ello?

Como se mencionó anteriormente, esta es una sensación que cada persona va a vivir de manera muy diferente, sin embargo hay puntos que coinciden, y estos serían algunos indicadores con los cuales podemos identificarnos y comenzar a cuestionar porqué nos sentimos así.

La soledad no es sinónimo de “introversión”

Hay que diferenciar este término que se ha difundido muchísimo en redes sociales. Lo introvertido es una manera de ser/actuar consciente, en donde preferimos ser callados, introspectivos, disfrutar del tiempo a solas, y poder conllevar una vida social “adecuada”, aunque las situaciones de fiestas o reuniones nos pueden disgustar o angustiar.

La soledad va más allá, ya que comienza desde sí tener el deseo/ganas de hacer cosas sociales, pero falta tener la “confianza” o sentirnos preocupados por qué va a pasar una vez allá, y decidir no hacerlo. A veces será bueno quedarse en casa disfrutando de un pasatiempo a solas, sin embargo en estos casos puede que se quede con las ganas de hacer algo más, y reprocharse no haberlo hecho. Por ello:

Los ataques, y no al otro

A diferencia del ser introvertido/a, en este malestar nos podemos encontrar con esos reproches o ataques; más allá de sentirnos mal o culparnos por haber hecho (o no) algo; sentirnos menos, insuficientes, no importantes. En ocasiones podemos pensar cosas negativas de otras personas para consolarnos de estar solos (ej. “Es una persona muy criticona”) pero esto será un mecanismo de defensa para no sentirnos tan mal, que al paso del tiempo pierde eficacia y continuamos en ese malestar.

Integrar, no aguantar

Klein sostiene que en la primera etapa de nuestra vida, vemos a nuestros cuidadores (mamá, papá, etc)  de manera escindida; buenos o malos, uno u otro, y no como un punto medio. Y a través de nuestras experiencias placenteras con ellos, tendremos mayores habilidades para ‘integrar el objeto total’, esto es, ver nuestros vínculos con sus partes buenas y malas, y tolerarlo.

Partes malas o displacenteras incluyen separaciones momentáneas, el no poder complacernos en ocasiones, el poner límites y reglas, etc. ¿Y en personas como nosotrxs, en nuestra adolescencia o adultez? de manera muy similar, hablando sobre el malestar de la soledad, se sostiene que en la mayoría vemos a las personas y a las experiencias con estas como algo muy insatisfactorio, doloroso o penoso; por lo que ‘inconscientemente’ preferimos no arriesgarnos y seguir en este malestar como una manera de defensa. Así, ‘‘aunque lo sufra, estoy mejor aquí que allá afuera con esos riesgos’’.

El integrar, el salir a enfrentarnos a esa angustia y a poder tolerar diferentes situaciones, es una tarea difícil; tendrá qué ver con nuestra propia experiencia de vida, y esto se va elaborando en un espacio terapéutico.

Nuestra historia, nuestro dolor

Cada vez somos más conscientes del dolor (o las situaciones molestas o dolorosas) en las relaciones personales, lo cual nos abre paso a cuestionarnos si es lo que nos gustaría tener o no. Sin embargo, queda la pregunta de qué seguir haciendo o cómo cambiarlo.

Muchas veces nuestra historia tiene un peso inconsciente, una toma de decisiones que hacemos sin pensarlo o considerarlo, evadiendo el dolor o lo displacentero, e intentando preservar nuestra vida como ya es. En esta cuestión de la soledad, muchas de las veces se puede pensar que así ‘estamos bien’, debido a que nos ahorramos mucho sufrimiento ‘‘fantasioso’’ (que no sabemos si pasará o no, pero ahí está), lo cual nos hace quedarnos ahí a pesar de sentirnos mal.

Otras ocasiones, tenemos conciencia o recordamos lo que hemos pasado a lo largo de nuestra vida y lo nombramos conociendo su peso, pero ¿ya con eso nos sentimos mejor? No es muy probable. Hay mucho que hacer, sentir y reconstruir sobre nuestro sufrimiento.

¿Qué hago? ¿Acostumbrarme o escucharme? La búsqueda de compañía

En estos casos, cuando ya es una situación incapacitante (que dura mucho tiempo, no salimos de nuestra rutina, pasamos más tiempo a solas y disconformes, y se comienzan a malestar los hábitos de sueño, comida y bienestar personal), es importante acudir a psicoterapia para traer a la consciencia el por qué nos sentimos de esta manera; y así mismo, ir elaborando el cómo salir ‘de manera adecuada’ de esta situación.

En el espacio terapéutico, un lugar de acompañamiento para cualquier persona que lo deseé, se ha de permitir sentirse mal. Primero, se requiere traer a este espacio todo el dolor o las situaciones que se sufren/sufrieron, y a manera de ir construyendo nuevas caminos, irlas trabajando para encontrar las situaciones placenteras de la vida misma. Tampoco hemos de excluir que el dolor es parte de la vida cotidiana; más bien, debemos mejorar nuestros recursos personales para poder tolerar el sufrimiento que las relaciones sociales pueden tener.

El placer y el displacer van de la mano, no se trata de sentirnos culpables por cómo nosotros lo toleramos y lo aliviamos (o no). Sin embargo, de seguir persiguiendo ese estado de soledad durante mucho tiempo, siempre será mejor hacernos cargo y buscar sanar.

Referencias:

Envidia y gratitud, y otros trabajos: Sobre el sentimiento de soledad (1ra ed., Vol. 3o). (1988). Klein, M.

La separación de los amantes (1ra ed.). (1989). Caruso, I.

Obras completas: Duelo y melancolía (Vol. 14). (1914). Freud, S.

Psicología vs. Psicoanálisis: 5 puntos para entender sus encuentros y desencuentros

Psicología vs. Psicoanálisis: 5 puntos para entender sus encuentros y desencuentros

Si estás buscando algún tipo de psicoterapia y no te decides por cuál elegir, te compartimos aquí las principales diferencias entre la psicología y el psicoanálisis.

Se considera al padre de la psicología a Wilhelm Wunt, quien en el siglo XIX por primera vez introdujo las variables de los procesos mentales en el mundo científico, que antes se consideraban del campo de la filosofía. Desde entonces, la psicología tuvo su propio título y su propio campo. A finales de este mismo siglo, Sigmund Freud, en su estudio de la histeria, descubrió – o inventó – el inconsciente, y con ello, el psicoanálisis, que, por sus contenidos terminó alejándose de las corrientes psicológicas imperantes del momento. 

Psicología, se refiere a diferentes ramas como Cognitivo conductual, humanismo, Gestalt, sistémica, funcionalismo, entre otras. Mientras que dentro del psicoanálisis hay varias vertientes como la Freudiana, Kleiniana, Jungiana, Lacaniana, etc. Pero ¿qué es lo que hace que haya tantos desencuentros entre estas? Te lo decimos en 5 puntos.

1. Inconsciente vs. consciente

El psicoanálisis trajo consigo una herida fuerte para la humanidad, ya que introdujo la noción de que no siempre se es dueño de uno mismo.

Que el yo y la consciencia, que hasta entonces se creía total, no es más que una pequeña porción de la conformación de la psique (insignificante además), que no toma parte más que de forma secundaria en los pensamientos, actos y decisiones. Freud dio cuenta de que hay algo más que regula y opera más allá de estas instancias: el inconsciente. Desde este momento, la psicología y el psicoanálisis irán por direcciones diferentes.

A pesar de que la psicología toma del psicoanálisis el estudio del inconsciente, el psicoanálisis se concentra mucho más en escuchar lo que este tiene que decir del sujeto. Para el psicoanálisis, el inconsciente es un saber ignorado por el sujeto pero que opera y articula, y tiene que ver con lo infantil y la sexualidad, y cuya producción se da en la relación entre analista y analizante. La psicología, dependiendo de la rama, está más enfocada en la escucha de emociones, el comportamiento, los pensamientos conscientes y dañinos, y las creencias limitantes. Esta diferencia, por supuesto, tiene repercusiones clínicas importantes, que abordaremos en el siguiente punto

2. Sujeto total vs. sujeto dividido

Con lo que se dijo en el punto anterior, el sujeto de la psicología y del psicoanálisis, serán distintos, ya que este tendrá que ver con aquello que se produce en cada sesión, en cada caso, en cada escucha y cada relación particular dentro de la clínica. Es decir, aunque la misma persona vaya, el sujeto con el que se trabaja es distinto en cada una.

Mientras que la psicología busca un sujeto total, que se identifique con su yo y con su conciencia, el psicoanálisis pone atención justo en las cosas con el sujeto no se reconoce a sí mismo en lo que dice ni en su actuar.

Se trata de un sujeto que aparece en el error, en los sueños; y que dice algo que él mismo no quiso decir y con lo que no necesariamente se identifica. En psicoanálisis se trata de producir lo inconsciente a través del despliegue de estos discursos. Por esto, Lacan dirá que en psicoanálisis se subvierte la máxima cartesiana, “Pienso luego existo”, para ser “Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso”. En psicoanálisis hablamos de un sujeto que no pasa ni por su pensamiento ni por su conciencia; este es, precisamente, el sujeto de la psicología que trabaja a nivel del yo. 

3. La clínica: discurso vs. fenómeno

Dado que un psicoanálisis, como se mencionó en el punto anterior, tiene por objeto la producción del inconsciente, lo infantil y la sexualidad; no necesariamente se enfoca en el síntoma del que llega aquejado un paciente; sino más bien en la historización, (por medio de la palabra), de la vida del sujeto que conforma su realidad psíquica y que al mismo tiempo este desconoce. De manera que la regla general en una terapia psicoanalítica es que el sujeto diga todo lo que se le ocurra, aunque parezca descabellado o sin sentido. A esto se le llama asociación libre, y tiene por objeto, de nuevo, la producción del inconsciente.

Las terapias de la psicología tienden a ser más estructuradas, a tener un tema que guíe la sesión; trabaja con fenómenos observables o a nivel de la fenomenología, y no tanto con el discurso –que es el caso del psicoanálisis–.

4. Diagnóstico

La psicología se apoya de herramientas de diagnóstico como el DSM-V, y es habitual que se dé uno a los pacientes (sobre todo a los no neurotípicos o neurodivergentes) con el fin de acotar la sintomatología y el tratamiento que, en casos graves se puede acompañar de la psiquiatría. El psicoanálisis, a pesar de que tiene estructuras generales de la que se guía en la clínica, no se trabaja con diagnósticos específicos que, se cree, la más de las veces obstaculiza la escucha y obturan la palabra; lo mismo puede ocurrir con las teorías y conceptos que cada una de las disciplinas desarrolla. 

5. El objetivo clínico

La psicología busca la remisión de síntomas, la adaptabilidad, el bienestar y la funcionalidad del sujeto que le permita estar integrado socialmente de una manera adecuada. El psicoanálisis puede obtener esto solo de manera indirecta y secundaria, ya que lo que busca posibilitar es una posición subjetiva frente a su deseo, el poder sostenerlo con el menor sufrimiento posible. La psicología busca la remisión de síntomas, la adaptabilidad, el bienestar y la funcionalidad del sujeto que le permita estar integrado socialmente de una manera adecuada. El psicoanálisis puede obtener esto solo de manera indirecta y secundaria, ya que lo que busca posibilitar es una posición subjetiva frente a su deseo, el poder sostenerlo con el menor sufrimiento posible. 

Tanto la psicología como el psicoanálisis son buenas opciones a la hora de buscar un transitar diferente en la vida y una posición distinta a la del sufrimiento.

Si estás buscando psicoterapia, es importante que esta sea la más adecuada a tus necesidades. En PI puedes encontrar diferentes opciones por la variedad de especialistas que forman parte del equipo. Si tienes alguna duda o deseas empezar un proceso psicoterapéutico, no dudes en contactarnos por nuestros diferentes canales.   

La psicología será feminista o no será

La psicología será feminista o no será

El espacio terapéutico como un lugar seguro y de escucha para toda mujer que lo busque

El mes pasado vivimos un 8M más; una marcha en donde miles de  mujeres alrededor del mundo, cantaron consignas y levantaron carteles con mensajes que nos pusieron a pensar; tales como “la revolución será feminista o no será”, “toda profesión será feminista o no será” y –la que personalmente me hizo reflexionar– “la psicología será feminista o no será”. 

Creo sinceramente que si convertimos esta consigna en una pregunta, su respuesta puede ser valiosa de formular.

La psicología se tiñe de violeta

A lo largo de mi experiencia académica y profesional en el ámbito de la atención psicológica y la psicoterapia, he tenido la oportunidad de escuchar a mujeres de diferentes edades, contextos sociales y económicos. Sin duda, esto me ha permitido identificar cómo el patriarcado y el machismo influyen en nuestra manera de vivir: vida que siempre se encuentra atravesada por la sociedad y cultura, que nos impone un estereotipo de mujer que, además, va cambiando, y por ende, orillando a la mujer a cambiar constantemente.

Un ejemplo de esto es que a inicios del 2000, a las mujeres se les veía sumamente delgadas, y después de unos años eso pareciera haber cambiado, poniéndonos en pantalla mujeres con curvas, pero… los cuerpos son diversos. 

¿Por qué mi cuerpo debería ser delgado para ser bello? o ¿Por qué ahora debería tener curvas para ser atractiva? ¿Por qué debería quedarme callada para ser bonita? ¿Será necesario ser madre para ser mujer? Estas preguntas son ejemplos de los muchos cuestionamientos que pudiéramos realizar sobre cómo nos han vendido la idea de lo que es ser mujer. 

Nuestra labor como psicológxs será acompañarle en el camino de conocer su inconsciente y aliviar su dolor.

Al momento en que una persona acude a psicoterapia suele ser porque algo en el alma duele; hay una angustia que no deja dormir, una duda que no permite concentrarse, un suceso personal que es difícil de asimilar, una relación violenta que pone en riesgo su vida, un estereotipo de belleza que influye en su manera de comer, entre otras dolencias humanas. 

Seguido de esto, la psicoterapia apunta a que aquella persona que acude a ella pueda solventar eso que le aqueja, a través del proceso de escucharse, reconocerse, re-encontrarse y responsabilizarse de sí misma. 

Nuestra labor como psicológxs será acompañarle en el camino de conocer su inconsciente y aliviar su dolor.

¿Cómo podemos hacer eso desde un lugar feminista, sobre todo después de tantos años de que ésta, como muchas otras disciplinas, han actuado bajos los presupuestos del patriarcado? 

Al momento de encontrarnos en un espacio terapéutico, para nosotros como terapeutas es importante conocer el contexto social y cultural en el que cada sujetx se encuentra, para así comprender parte de su historia y su malestar. El feminismo nos permite ver y conocer la historia de la mujer a lo largo del tiempo. Por ejemplo: crianza y costumbres que puedan estar atravesadas por el machismo, que pueden verse en ideas o creencias concretas como “debo cuidar y servir a mi esposo, es mi deber”. 

También es necesario comprender que las imposiciones sociales y culturales influyen en los ideales de cada sujetx, y que en estos constantes intentos por alcanzarlos, pueden terminar en un padecimiento psicológico. Por ejemplo: el ideal de una relación puede llevar a ideas de sumisión y violencia en la pareja por ambas partes. 

Otro aspecto que considero de sumo valor, es poder brindar una escucha neutral, libre de prejuicios y de revictimización, dirigida a conocer cada historia que llegará a nosotrxs; sin pensar o emitir opiniones de valor frente a quien nos cuenta lo que tanto le ha venido doliendo. 

Y finalmente, es importante cuestionar nuestro quehacer constantemente, con lo cual podamos ser capaces de no hacer una imposición de poder frente al sujetx que llega a nosotrxs, sino más bien, acompañarle y escucharle. Es decir, evitar poner nuestra ideología, creencias, nuestro supuesto saber por encima del deseo del paciente. 

Recordemos que pese a que las disciplinas y teorías que estudian el pensamiento y la psique humana han funcionado bajo los presupuestos del patriarcado, también han liberado al ser humano de lo que le aqueja, nos han hecho cuestionar la manera en qué vivimos y nos relacionamos, nos permiten reencontrarnos, percibir de otra manera nuestro alrededor, dándonos una oportunidad de vivir de una manera más libre.

Claro está que cada psicológx trabajará desde la perspectiva y teoría que haya elegido; aun así, considero importante no dejar a un lado los feminismos, tan necesarios para entender un sufrimiento de años de historia, un momento actualmente revolucionario e histórico y sobre todo, para evitar continuar negando derechos básicos a cada mujer que acuda en búsqueda de un espacio para ser escuchada. 

Diversas mujeres escribían en sus tejidos cartas de amor o mensajes, hoy gracias a ellas tengo la oportunidad de escribir por placer en un blog y ser leída por mi correctora de estilo, también mujer. El día de hoy tengo la oportunidad de ser terapeuta y acompañar a diversas mujeres y hombres en el camino hacia sí mismxs y su deseo. 

El feminismo también es individual pero nos podemos acompañar, te comparto algunas recomendaciones que sumaron a la redacción de este artículo y que creo pueden sumarte también a ti.

– Lectura: Chimamanda Ngozi Adichie, Todos deberíamos ser feministas.

– Actividad recreativa: Museo del Noreste, exposición Mujeres en la historia | Historia de las mujeres. Hasta el 29 de mayo.  

¿Y ustedes, por qué creen que la psicología debería ser feminista? ¿Tienen alguna recomendación? Les leo.