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PSICOLOGÍA Y POBLACIÓN LGBT+: CONTEXTO HISTÓRICO Y ACTUAL

Psicología y población LGBT+: contexto histórico y social actual

En este artículo hablaré sobre el recorrido de la psicología con respecto a la diversidad sexual, desde que se pensaba en un principio hasta llegar a las posturas más actuales sobre el tema.

A pesar de que hoy en día hay una mayor apertura a temas relacionados con la diversidad sexual, los estigmas y la discriminación siguen abundando, afectando a la población LGBT+ no solo en materia de derechos humanos, sino también respecto a su salud, tanto física como mental.

Respecto a este último tema existe una larga historia de posturas antiéticas que, si bien han ido desapareciendo, todavía persisten en la actualidad.

Antecedentes históricos

En 1952 se publicó la 1ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) con la intención de homologar las distintas clasificaciones de enfermedades mentales existentes hasta ese momento. 

Dentro de este documento, la APA incluyó a la homosexualidad como una categoría de enfermedad mental, basándose en teorías sin evidencia científica, que proponían una supuesta conexión entre la homosexualidad y algunas formas de desajuste psicológico, y la idea que ésta era necesariamente el síntoma de una enfermedad mental.

En 1968 la reclasificó como una “desviación sexual”. Esta decisión tuvo un grave impacto en las personas LGBT+, ya que la clasificación de “enfermos mentales” servía para justificar su discriminación. 

Las personas LGBT+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans y demás) eran percibidas como gente con un trastorno mental, gente perversa, desviada, pecadora, antinatural, inclusive criminales cuyo único delito era no ser heterosexuales o cisgénero.

Algunas personas, no menos discriminatorias que otras, veían la diversidad sexual no con ojos de odio, sino de lástima, compasión. Veían en ellos a personas “necesitadas” de ayuda, personas que “necesitaban” (o más bien “debían”) cambiar su forma de vida.

De esta idea nacen las “terapias de conversión”, también conocidas como “Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG).

Son distintas prácticas que van desde sesiones psicológicas, psiquiátricas, consejería religiosa, impulsadas por supuestos expertos, la derecha, grupos religiosos, de superación personal o contra las adicciones, que buscan cambiar las orientaciones sexuales y las identidades de género de las personas, cuando es algo que no se puede cambiar.

A partir de los años 60s la lucha de grupos y asociaciones de personas LGBT+ comienza a proliferar. Un evento que represento un parteaguas para la despatologización de la diversidad sexual fue cortesía del psiquiatra John Ercel Fryer, quien el lunes 02 de mayo de 1972, durante la convención anual de la APA, se presentó con el seudónimo de Henry Anónimo portando una mascara de goma de Richard Nixon, y se declaro homosexual.

Durante los siguientes diez minutos se dedicó a dar un discurso reivindicando que la homosexualidad no era patológica y que reprimirla y castigarla traía consecuencias negativas. 

Henry Anónimo en la conferencia

Contexto actual

El discurso de Fryer fue un punto de inflexión en la historia de los derechos de las personas homosexuales. Al año siguiente, en 1973, la APA anunció que revertiría su postura de casi un siglo y declaró que la homosexualidad no es un trastorno mental.

El reconocimiento internacional tuvo que esperar casi dos décadas, cuando en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar a la homosexualidad una enfermedad. Durante esos años, el activismo del colectivo LGTB+ fue creciendo por el mundo y sus realidades se hicieron más visibles.

De la mano con esto, en 2018 la OMS ha excluido la transexualidad de su lista de trastornos mentales. Lo ha hecho en la nueva actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) en el que la transexualidad pasa a formar parte de un epígrafe nuevo denominado “condiciones relativas a la salud sexual” y a denominarse “incongruencia de género”.

Hasta ahora formaba parte del capítulo dedicado a “trastornos de la personalidad y el comportamiento” –en el subcapítulo “trastornos de la identidad de género”.

Respecto a los ECOSIG, Las Comisiones Unidas de Justicia, de Salud y de Diversidad de la Cámara de Diputados aprobaron la iniciativa que propone prohibirlas. Con 56 votos a favor, 1 en contra y 9 abstenciones, los diputados aprobaron el dictamen que reforma y adiciona el Código Penal Federal y se adiciona un artículo 465 Bis a la Ley General de Salud.

Con la iniciativa se propone sancionar a quien realice, imparta, aplique, obligue o financie cualquier tratamiento, terapia, servicio o práctica que obstaculice, restrinja, impida, menoscabe, anule o suprima la orientación sexual, identidad o expresión de género.

El camino que queda por delante

Pese a que el consenso médico y psicológico ha cambiado en todos estos años, aún vemos que siguen existiendo los ECOSIG como método de tortura para la población LGBT+ en 69 países de la ONU el ser de la diversidad sexogénerica es motivo para ser criminalizados.

Por eso es necesario luchar por nuestros derechos y para acabar con los ECOSIG, que buscan aleccionarnos a los que tenemos una orientación o identidad de género que sale del orden establecido y que cuestiona y enfrenta la sexualidad que bajo este sistema es vista solamente como forma de reproducción.

La población LGBT+ sigue lidiando con violencia en diversos niveles: familiar, laboral, escolar, social, legal, y sobre todo a nivel salud al toparse con personal que sigue tratando con prejuicios a las personas de la diversidad.

Por un lado, la importancia, para los profesionales de la salud mental, de crear espacios libres de violencia homofóbica transfóbica es crucial. El espacio terapéutico debe ser un lugar donde no se juzgue ni se emitan juicios de valor, sino donde el paciente pueda expresarse libremente sin temor a ser objeto de violencia o discriminación.

Por otro lado, el acudir a terapia psicológica puede ser una gran opción para todas las personas en general, pero las personas de la diversidad sexual atraviesan por procesos y violencias que las personas cis/heterosexuales no, por el simple hecho de ser quienes son.

La terapia psicológica puede brindar no solo un espacio de escucha y contención, sino también la oportunidad de buscar herramientas y pensar en alternativas para las diversas problemáticas que puedan estar atravesando.

Fuentes:

Barry, E. (05 de Mayo de 2022). ¿Quién fue el psiquiatra enmascarado que impulsó una revolución y luego ‘desapareció’? Obtenido de The New York Times.

La homosexualidad nunca debió haber sido incluida en las clasificaciones internacionales de las enfermedades. (24 de Septiembre de 2012). Obtenido de Iguales.

Leiva, A. (s.f.). 15 de diciembre de 1973: la homosexualidad deja de ser considerada como enfermedad en Estados Unidos. Obtenido de El Orden Mundial.